martes, 30 de diciembre de 2008

Como suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida

Dale Carnegie enseña con este libro cómo vivir una vida más plena y dejar a un lado las preocupaciones. Al leerlo, usted se identificará al darse cuenta que en momentos deja que la preocupación (el estrés) domine su vida, dejándole indefenso, cansado y hasta enfermo.

Aprenderá a apreciar su vida, su salud, sus relaciones con los demás, y aprenderá a estar más abierto ante cualquier eventualidad, buena o mala, que puedan ocurrirle, sin tomárselo a modo personal.

Viva en compartimientos estancos al día
La fórmula mágica para resolver preocupaciones
El daño que la preocupación puede hacernos
Aprender a analizar y resolver las preocupaciones
Acabe con la preocupación...
No se deje vencer por las sabandijas
Cooperemos con lo inevitable
Póngale un “tope de pérdida” a las preocupaciones
No tratemos de aserrar el aserrín
Los pensamientos pueden transformar su vida
¿Aceptaría un millón de dólares por lo que tiene?
Si usted tiene un limón, haga limonada
Encuentre la alegría haciendo feliz a los demás
Cómo evitar que las críticas le preocupen
Cómo añadir una hora diaria a nuestra vida activa
Cómo disminuir sus preocupaciones financieras








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Viva en compartimento estancos cada día

Lo principal para nosotros no es ver lo que se halla vagamente a lo lejos, sino lo que está claramente a mano”
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Deberíamos seguir el ejemplo de un gran buque, en el que su capitán con sólo presionar un botón, puede aislar varios de sus compartimientos.

Aunque somos más complicados y nuestro viaje es más largo que el de un buque, tenemos que aprender a manejar la maquinaria que nos permita vivir en compartimientos estancos, al día, como forma de garantizar la seguirdad del viaje.

Cuando sea necesario, debemos presionar el botón y ver cómo se cierran las puertas de hierro que nos separan del pasado, el ayer muerto, y del futuro, el mañana que aún no ha nacido; de esta forma, quedaremos seguros para vivir el presente.El despilfarro de energía, la angustia mental y los desajustes nerviosos estorban los pasos de la persona que siente ansiedad por el futuro o el pasado. Cultivemos el hábito de vivir la vida día a día, lo cual no significa que no hagamos esfuerzo alguno para preparar el futuro. El mejor modo de prepararse para el mañana es concentrarse, con toda la inteligencia y entusiasmo, en hacer hoy el trabajo de hoy, en forma excepcional.Es necesario cuidar del mañana por todos los medios, meditando, proyectando y preparándose. Pero sin ansiedad ni preocupaciones. Cuando estamos sumamente agobiados por los pesares de la vida, por los múltiples quehaceres, por

los problemas que parecen no tener solución, debemos parar y pensar: “un paso a la vez, una tarea cada vez.”.Stephen Leacock escribió: “¡qué extraño es nuestro breve paso por la vida! El niño dice: cuando sea grande. El chico grande dice: cuando sea mayor. El mayor dice: cuando me case. El casado: cuando me retire. Cuando llega el retiro, se vuelve la vista hacia el camino viajado, parece correr por él un viento frío. Hay algo que no se ha logrado y que desaparece. La vida, según lo aprendemos demasiado tarde, está en vivir, en el tejido de cada día y cada hora.”

Esta es la regla número uno para suprimir sus preocupaciones.
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La fórmula mágica para resolver las preocupaciones

Esta es una receta rápida y probada para enfrentar situaciones de preocupación, que podemos empezar a utilizar desde hoy:

Analice la situación que le angustia valientemente y con honradez, e imagine lo peor que pudiera sucederle como consecuencia.

Acepte esa situación, si fuera necesario. Sentirá un alivio y una paz que le aclararán la mente y le librará de sus preocupaciones

Luego dedíquese con calma, con tiempo y energía a tratar de mejorar lo peor (que ya aceptó).

Lo más probable es que no ocurra la peor situación que se imaginó, pero por lo menos usted tendrá a la mano otras alternativas, se sentirá aliviado, con energía, y no se sentirá desvalido y sin control ante la situación problemática.









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El daño que la preocupación puede hacernos

El 70% de los pacientes que acuden al médico podrían curarse por sí mismos con sólo librarse de sus miedos y preocupaciones. Esto no significa que sus enfermedades son imaginarias - son tan reales como un terrible dolor de muelas y cien veces más graves. Pero enfermedades como la indigestión, úlceras estomacales, perturbaciones cardíacas, insomnio, jaquecas y algunos tipos de parálisis son, en gran parte producto del estrés.

En el caso de una úlcera estomacal: el miedo y ansiedad causa preocupación, la preocupación pone a la persona tensa y nerviosa, afecta los nervios del estómago, cambia los jugos gástricos y estos provocan la enfermedad. Estas úlceras pueden llegar a matar. Igualmente pasa con las enfermedades mentales.

Los trastornos mentales y físicos causadas por la preocupación, el miedo, el odio, la frustración, y afines, están en aumento, extendiéndose con rapidez catastrófica. Pueden hacer un enfermo de la persona más vigorosa”.

Las fuerzas que más descansan y recrean son: una religión saludable, sueño, música y risas.

Tenga fe en Dios, aprenda a dormir bien, ame la buena música, y vea el lado divertido de la vida - la salud y la felicidad serán suyas.











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Aprenda a analizar y resolver las preocupaciones

No todas nuestras preocupaciones son idénticas. Debemos equiparnos para tratar las distintas formas, de modo que podamos analizar cualquier problema. Para ello, debemos:


Averiguar los hechos: sin éstos, nos vamos a confundir más, lo que nos trae más estrés.

Analizar los hechos: pregúntese qué puede hacer al respecto.

Llegar a una decisión y actuar luego conforme a ella: lo más importante es: ¿cuándo va a comenzar a hacerlo?

Si sus preocupaciones se relacionan a los negocios, usted puede reducirlas en un 50% ayudándose de sus colegas, subordinados, compañeros, etc. preguntándoles:


¿En qué consiste el problema?


¿Cuál es la causa del problema?


¿Cuáles son las posibles soluciones?


¿Qué solución propone usted?











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Acabe con la preocupacion

Winston Churchill trabajaba 18 horas diarias durante la segúnda guerra mundial. Cuando se le preguntó si no le preocupaban sus tremendas responsabilidades, contestó: “estoy demasiado ocupado. No tengo tiempo de preocuparme”.


Pero ¿por qué una cosa tan sencilla como ocuparse elimina la ansiedad? Porque es imposible para cualquier persona, por brillante que sea, pensar en más de una cosa al mismo tiempo. En el campo de las emociones no es posible que nos mostremos a la vez entusiasmados por algo interesante que estamos haciendo, y abrumados por la preocupación. Una de las emociones anula a la otra.


La mayoría de nosotros nos perdemos fácilmente en la acción cuando estamos ocupados en el trabajo cotidiano. Son las horas de hastío las verdaderamente peligrosas, precisamente cuando podríamos disfrutar libremente de nuestro tiempo y ser más felices. Es en ese momento cuando nos preguntamos si estamos haciendo algo importante con la vida, si no estamos dando vueltas en la nada, si el jefe “quiso decir esto o aquello”, si nos estamos quedando calvos, etc.


Cuando no estamos ocupados, nuestras mentes tienden a convertirse en un vacío, y por lo general lo llenamos con emociones. ¿Por qué? Porque las emociones de la preocupación, el miedo, la ansiedad, la frustración, el odio y la envidia son traídas por el aburrimiento y el ocio. Estas emociones son tan violentas que tienden a expulsar de nuestros espíritus todos los pensamientos y emociones pacíficas y felices.


Es por esto que debemos buscarle finalidad a nuestro tiempo, a nuestros días. El secreto para ser desdichado está en tener tiempo de ocio para pensar si se es feliz o no.


Recuerde la regla número dos: ocúpese. La persona preocupada debe perderse en la acción, si no quiere marchitarse en la desesperación.











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No se deje vencer por las sabandijas

Es frecuente que encaremos valientemente los grandes desastres de la vida; en cambio, las minucias, los “dolores de cabeza”, nos vencen. Las sabandijas en este caso son aquellas pequeñas cosas que nos molestan día a día, son las pequeñas preocupaciones, las intolerancias, las rabietas, los fastidios, etc.

Disraeli dijo: “la vida es demasiado breve para ser pequeña”. Frecuentemente dejamos que nos perturben cosas tontas que deberíamos despreciar y olvidar. Contamos con varias décadas para vivir, y perdemos muchas horas irremplazables en rumiar agravios, que al cabo de un año habrán sido olvidados por nosotros y por todo el mundo. Dediquemos nuestras vidas a acciones y sentimientos que valgan la pena, a las grandes ideas, a los afectos verdaderos y a las acciones perdurables.

La regla número tres para vencer la preocupación es: no se detenga en insignificancias.









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Cooperemos con lo inevitable

Al transitar por las décadas, nos encontramos con muchas situaciones desagradables que son así, y que no pueden ser de otro modo. Tenemos opciones: podemos aceptarlas como inevitables o podemos destrozar nuestras vidas en la rebelión, y terminar tal vez con los nervios deshechos.

El filósofo William James dice: “acepta que sea así. La aceptación de lo que ha sucedido es el primer paso para superar las consecuencias de cualquier desgracia”. No sólo las circunstancias nos hacen felices o infelices - lo que determina nuestro modo de sentir es nuestra reacción ante las circunstancias.

Toda persona puede soportar el desastre y la tragedia, e imponerse si está obligado a ellos. Cabe considerarse incapaz de hacerlo, pero son sorprendentes los recursos interiores que todos tenemos; sólo se precisa que queramos utilizarlos. Somos más fuertes de lo que pensamos.

El señor Booth Tarkington perdió la vista por completo prácticamente de la noche a la mañana. A pesar de su desgracia, dijo: comprendo que puedo soportar mi ceguera como puede soportar un hombre cualquier otra cosa, aunque perdiera la vista sé que mi alma es la que ve y la que vive.

Tarkington se sometió a doce operaciones en un año, ¡con anestesia local! El sabía que tenía que ser así, por lo que el único modo de disminuir el sufrimiento era tomar las cosas de buena forma y esperar a que la tecnología hiciera lo más posible por él.

Cuando dejamos de luchar con lo inevitable, dejamos en libertad la energía que nos permite crearnos una vida más rica.

Para acabar con el hábito de la preocupación antes de que ésta acabe con nosotros, la regla número cuatro es: cooperemos con lo inevitable.










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Pongale "topes" a las preocupaciones

Siempre que tenga la tentación de dar dinero bueno a cambio de dinero malo, en función de la vida humana, haga un alto y pregúntese:
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¿En qué medida verdaderamente me importa aquello por lo que está preocupado?
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¿En qué punto fijaré un “tope de pérdida” para esta preocupación...y olvidaré el asunto?

¿Cuánto exactamente pagaré por esta preocupación? ¿con mi salud, con mi felicidad, con mis relaciones Inter.-personales? ¿No he pagado ya por esta preocupación más de lo que vale?.

La regla número cinco es: póngale un límite a su preocupación.











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No tratemos de aserrar el aserrin

Sería realmente estúpido preocuparse por no poder retroceder y cambiar lo sucedido en el pasado, así sea hace 60 segundos. Muchos hacemos precisamente esto. Evidentemente, podemos hacer algo para “modificar los efectos” de lo sucedido, pero no es posible cambiar el acontecimiento mismo.

Solo hay un modo como el pasado puede ser constructivo: consiste en analizar con calma nuestros errores, aprender de ellos, sacar provecho...y olvidarlos.

Es importante analizar los errores que se cometen en la vida, para aprender la lección de modo duradero. La mayoría de las personas, en lugar de ello, se someten a un suplicio de preocupaciones y aturdimiento. Como consecuencia, en lugar de aprender una lección, continúan por el mismo camino y repiten lo hecho en menor o igual escala.

El señor Saunders contaba que de joven solía preocuparse por todo: los errores cometidos; antes de un examen no dormía y luego de presentarlo tampoco, por temor a ser reprobado, pensaba en lo que había dicho y cómo pudo mejorar sus palabras, etc. Hasta que un día, en clase, un profesor derramó a propósito una botella de leche sobre la alcantarilla. El profesor del dijo: “¡No lloremos nunca por leche derramada!, la leche ya desapareció, todo lo que hiciéramos ahora por reconquistar una sola de sus gotas sería en vano. Con un poco de atención y cuidado la leche jamás se habría derramado, pero ahora es demasiado tarde. Lo único que podemos hacer es olvidarla y pasar a la cosa siguiente.”

Dicho de otro modo, todos podemos aserrar la madera pero no el aserrín. Este ya ha sido aserrado, y así ocurre con el pasado. Cuando uno comienza a preocuparse por cosas que han pasado, no hace otra cosa que aserrar el aserrín.

De allí que la regla número seis sea deje de preocuparse por las cosas que ya pasaron, ya que no puede hacer nada al respecto.












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Los pensamientos pueden transformar su vida

La lección más importante que se puede aprender es la importancia de lo que pensamos. Son nuestros pensamientos lo que nos hacen lo que somos. Nuestra actitud mental es el factor X que determina nuestro destino. El mayor problema que toda persona enfrenta es la elección de los pensamientos acertados. Si somos capaces de esta elección, estamos en el camino que conduce a la solución de todos nuestros problemas.


Si tenemos pensamientos felices, seremos felices. Si tenemos pensamientos temerosos, tendremos miedo. Si tenemos pensamientos enfermizos, nos vamos a enfermar. Si nos dedicamos a compadecernos, todo el mundo huirá de nosotros. Existe una gran diferencia entre inquietarse y preocuparse: la inquietud significa comprender los problemas y tomar con calma las medidas para solucionarlos. La preocupación significa dar vueltas enloquecedoras e inútiles a un asunto.


El señor Whaley sufrió de un colapso nervioso antes de su matrimonio, todo le preocupaba, no tenía un empleo suficientemente estable, se sentía agotado y enfermo. Se fue a Florida para cambiar de ambiente, y cuando llegó se sentía peor y cada vez era más terrible su sufrimiento.


Recordó que su padre le había escrito una carta, y la leyó: “hijo mío, estás a 1.500 millas de casa y no te sientes nada mejor ¿cierto?. Sabía que sería así, porque te llevaste contigo la única causa de tus zozobras, que eres tú mismo. No hay nada que ande mal en tu cuerpo o espíritu. No son las situaciones que has pasado lo que te ha puesto así, sino lo que tu piensas de esas situaciones. Cuando comprendas esto vuelve a casa hijo, porque estarás curado”. Le hizo caso y con el tiempo su vida cambió por completo - aprendió que sus pensamientos debían trabajar para él y no en su contra.


La regla número siete es: piense y actúe animosamente y se sentirá animado.












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¿Aceptaria un millón de dolares por lo que tiene?

Muchas veces nos agobiamos hasta el cansancio por las cosas que sentimos que no tenemos. Por ese trabajo que no conseguimos, por las deudas, por las metas no alcanzadas, por todo. Sin embargo esta frase resume todo: “estaba afligido por no tener zapatos, hasta que vi a quien no tenía pies”.


Aproximadamente un 90% de las cosas de nuestras vidas están bien y un 10% mal. Si queremos ser felices, todo lo que debemos hacer es concentrarnos en el 90% que está bien, y pasar por alto el 10% restante. Si queremos estar preocupados y acabar enfermos, todo lo que debemos hacer es concentrarnos en el 10% que está mal y pasar por alto lo demás. Usted puede cambiar la percepción que tiene de su desdichada vida, si le dedica unos minutos al día a fijar la atención en todas las increíbles riquezas que posee.


¿Vendería usted sus ojos por mil millones de dólares? ¿qué estaría dispuesto a perder por sus dos piernas o manos? ¿por sus hijos, por su familia? Sume todas las partidas y verá que no vendería lo que posee por todo el oro que hayan acumulado los Rockefeller, los Ford y los Morgan juntos.


Esta es la regla número ocho aprender a valorar lo que se tiene y dejar de preocuparse por lo que no se tiene.









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Si Vd. tiene un limón, haga una limonada

Cuando la vida le entrega un limón a una persona, lo más probable es que se desespere, vea lo amargo de su situación y piense que está vencido, en que ese era su destino y en que no tiene la menor oportunidad. Seguramente le echará la culpa al mundo por su desgracia y se compadecerá hasta lo más hondo de su ser.

En cambio, una persona juiciosa y capaz, a quien la vida le ha entregado un limón pensará: “la culpa de que haya sido un mequetrefe no es de las estrellas, ni de los demás, sino mía. ¿qué lección debo aprender de esta desgracia? ¿cómo puedo mejorar esta situación? ¿cómo puedo convertir este limón en limonada?”.

La cosa más importante de la vida no es capitalizar las ventajas. Lo que verdaderamente importa es beneficiarse con las pérdidas; esto exige inteligencia y marca la diferencia entre un hombre de juicio y un necio.

Por tanto, la regla número nueve es, para cultivar una actitud mental que nos procure paz y felicidad hagamos limonada cuando el destino nos entregue un limón.









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Encuentre la alegría haciendo feliz a los demás

Recuerde la enseñanza de Jesús: servir a los demás. Si el hombre ha de extraer algo de alegría de su paso, debe pensar en hacer las cosas mejores, no solamente para sí, sino para los demás - su propia alegría depende de la alegría de los demás y la de los demás en la de usted. Si hemos de hacer las cosas mejores para los demás, hagámoslo pronto. El tiempo pasa.

Piense: pasaré por este camino sólo una vez. Por lo tanto, cualquier bien que pueda hacer o cualquier afecto que pueda mostrar, debe ser hoy. No debo posponerlo o descuidarlo, porque no pasaré de nuevo por este camino. Si usted quiere eliminar la preocupación, cultivar la paz y la felicidad, olvídese de sí mismo interesándose en los demás. Haga cada día una buena acción que provoque una sonrisa en el rostro de alguien.

La regla número nueve es recordar: cuando es bueno para los demás, es mejor para usted mismo.











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Cómo evitar que las críticas le preocupen

La crítica injusta es frecuentemente un cumplido disfrazado. Significa muchas veces que hemos provocado celos y envidias. Recordemos que nadie golpea a un perro muerto.

Haga las cosas lo mejor que pueda - después abra el viejo paraguas y procure que la lluvia de críticas no le moje.

Lleve un registro de las tonterías que hemos cometido y critíquese usted mismo. Como no puede ser perfecto, pida una crítica imparcial, útil y constructiva de alguien que le tenga aprecio.

De esto se trata la regla número diez: no deje que las críticas le preocupen.






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Cómo añadir una hora diaria a nuestra vida activa

La fatiga produce frecuentemente preocupación. La medicina ha demostrado que disminuye la resistencia física al resfrío común y a cientos de otras enfermedades; la psicología ha comprobado que disminuye nuestra resistencia a las emociones que impiden la preocupación.

Para impedir la fatiga y la preocupación, debe descansar a menudo. Descanse antes de cansarse. Esto es importante porque la fatiga se acumula con asombrosa rapidez. Es importante que se tome una siesta al mediodía cada día; si no puede a esa hora, tómela antes de cenar en la noche. Esa hora de sueño reparador, mas las 6 horas de sueño en la noche, harán mucho más que 8 horas de sueño continuo. Estará añadiendo una hora más a su vida activa.
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Qué es lo que nos cansa y qué podemos hacer al respecto

Los psiquiatras declaran que la mayor parte de nuestra fatiga proviene de nuestra actitud mental y emocional. La mayor parte de la fatiga que padecemos es de origen mental, el agotamiento de origen puramente físico es raro.¿Qué clase de factores emocionales cansan a los trabajadores?

El aburrimiento, el resentimiento, la sensación de que no se aprecia el trabajo de uno, la sensación de inutilidad, la prisa, la ansiedad, la preocupación. Estos factores son los que exponen a las personas a resfríos, jaquecas, bajos niveles de productividad, etc. El cansancio llega porque nuestra emociones producen tensiones nerviosas en el cuerpo. En este momento, fíjese en su tensión muscular, ¿siente tensión entre los ojos? ¿está cómodamente sentado o tiene los hombros levantados?.

La única solución a esta fatiga nerviosa es el descanso. Aprenda a descansar mientras trabaja - la única forma de lograrlo es comenzar descansando los músculos.
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Para evitar la fatiga y la preocupación

Despeje su mesa de todo papel que no se refiera al problema inmediato que tiene entre manos.
Haga las cosas en orden de su importancia.

Cuando tenga un problema, resuélvalo de inmediato. Si cuenta con los datos necesarios para tomar una decisión, no la posponga.

Aprenda a organizar, delegar e inspeccionar.
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Cómo disminuir las preocupaciones financieras

Para disminuir sus preocupaciones financieras, siga estas reglas:

Consigne los hechos por escrito. Los expertos opinan que si llevamos la cuenta por escrito de todo lo que gastamos durante un tiempo, tendremos la suficiente constancia de cómo se va nuestro dinero y estaremos en condiciones de hacer un presupuesto.

Haga un presupuesto a la medida que atienda verdaderamente sus necesidades, con el fin de procurarse una sensación de seguridad material, que se traduce en seguirdad emocional y liberación de las preocupaciones.

Aprenda a gastar juiciosamente.

No aumente su nivel de vida, sólo por mejorar nuestros ingresos.

Trate de construir su crédito, por si llega a necesitarlo.

Protéjase contra la enfermedad, el incendio y los gatos extraordinarios.

No disponga que el importe de su seguro de vida sea pagado a su viudos de una sola vez.

Enseñe a sus hijos el valor que tiene el dinero.

En caso necesario, obtenga algún dinero con su cocina. Si por alguna razón sus ingresos no le alcanzan, puede intentar conseguir dinero extra con alguna otra actividad adicional.

No juegue...jamás. Ni en carreras de caballos, ni en juegos de azar .

Si no le es posible mejorar su situación financiera, sea bueno con usted mismo y deje de lamentarse de lo que no puede ser cambiado.





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lunes, 15 de diciembre de 2008

CREACIÓN: MONOGRAFIA

1. ¿Qué es una monografía?

 

La palabra monografía es empleada con distintos alcances; Umberto Eco, por ejemplo, en Cómo se hace una monografía se refiere a textos de 100 a 400 páginas redactados durante una carrera por una o varias personas, sobre un tema referido a los estudios en que debe doctorarse. Luego de rendir todos los exámenes correspondientes a la carrera el estudiante presenta la tesis frente a un tribunal como un requisito necesario para obtener el titulo de licenciado o doctor.

 

En las páginas siguientes se usará el término monografía, en un sentido amplio, para denominar los textos de trama argumentativa y función informativa que organizan, en forma analítica y crítica, datos sobre un tema recogidos en diferentes fuentes.

 

En nuestro medio, por ejemplo, muchos profesores piden a sus alumnos que realicen una monografía sobre un tema específico mientras que algunas escuelas la exigen como cierre de una etapa o ciclo. Si bien las situaciones son distintas, hay reglas, tradiciones, particularidades, que resultan comunes.

 

Estos trabajos menos pretenciosos, sirven para evaluar la capacidad del autor para trabajar científicamente en forma independiente y, como se verá, cumplen los requisitos de las monografías de doctorado, aunque son más breves y sencillos.

 

Al realizar una monografía, entre otros saberes, se aprende a:

 

ü      delimitar un problema,

ü      descubrir y reunir información adecuada,

ü      clasificar los materiales,

ü      establecer contactos con personalidades e instituciones,

ü      acceder a la información y ejercitar el espíritu crítico,

ü      comunicar los resultados por escrito y expresarse oralmente frente un auditorio.

 

Una monografía se considera científica si cumple con las siguientes pautas:

 

ü      Trata un objeto de estudio (tema) de manera tal que pueda ser reconocible para los demás;

ü      La investigación dice cosas sobre ese objeto que no se han dicho antes o lo aborda desde una óptica distinta de la ya difundida;

ü      Es útil a los demás;

ü      Proporciona elementos que permitan confirmar o refutar las hipótesis que presenta, de manera tal que otros puedan continuar el trabajo o ponerlo en tela de juicio.

 

2. Tipos de monografía

 

Los tipos y formas de monografías on variados como lo son las ciencias y sus métodos particulares; por ejemplo, una temática relacionada con lo jurídico diferirá en su tratamiento de otra cercana a la matemática.

 

En general, se pueden diferenciar tres tipos diferentes:

 

Monografía de compilación: el alumno, después de elegir el tema, analiza y redacta una presentación crítica de la bibliografía que hay al respecto. Es importante tener buen nivel de comprensión y "ojo crítico" para referirse a los diferentes puntos de vista y exponer la opinión personal tras una revisión exhaustiva.

 

Monografía de investigación: se aborda un tema nuevo o poco explorado y se realiza la investigación original; para eso hay que conocer lo ya se ha dicho y aportar algo novedoso.

 

Monografía de análisis de experiencias: es frecuente que se emplee este tipo de monografía en las carreras que implica una práctica, por ejemplo, en Medicina durante la época de residencia, o bien en el ejercicio profesional, se analizan experiencias, se sacan conclusiones, se compara con otras semejantes, etc.

 

 

3. Pasos para realizar una monografía

 

Consideraremos a continuación las principales etapas para la realización de una monografía:

 

ü      Aparición de la idea o asignación del tema.

ü      Búsqueda de información, primeras lecturas exploratorias y consulta a personas expertas en la materia.

ü      Presentación del objeto en aproximadamente en quince líneas. Este momento es muy importante porque consiste en la escritura del enunciado y la delimitación del tema.

ü      Elección definitiva del tema y lecturas complementarias. En este paso aumenta el compromiso del autor con el objeto de estudio.

ü      Plan operativo: consiste en definir concretamente las tareas por realizar, planificar el trabajo, controlar el desarrollo, plantear las dificultades, etc.

ü      Realización de las tareas previstas y redacción del primer borrador.

ü      Evaluación intermedia: a partir de una relectura detallada, se pueden hacer los ajuste necesarios. También, se puede consultar nuevamente a las personas idóneas (frecuentemente hay un tutor o director de tesis que orienta el trabajo). Si es necesario, modificar la planificación inicial.

ü      Plan de redacción definitivo: para exponer el trabajo, se ajustan los títulos, párrafos, cantidad de páginas, gráficos, etc.

 

A continuación, se desarrollan en detalle algunos de estos pasos.

 

Elección del tema

 

Los temas pueden ser numerosos y diversos; en caso de ser asignados por el profesor, sólo habrá que reflexionar sobre cómo presentarlos y no alejarse del asunto por tratar.

 

Cuando es el alumno el que elige, conviene tener en cuenta las reglas que cita Umberto Eco en la obra antes mencionada:

 

ü      Que el tema responda a los intereses del autor.

ü      Que las fuentes a as que recurra sean asequibles, es decir, al alcance físico del alumno, ya que debe pensar en el tiempo disponible y en los recursos con que se cuenta.

ü      Que las fuentes sean manejables, es decir, al alcance cultural e intelectual del alumno,

ü      Que el autor esté en condiciones de dominar la metodología que ha decidido emplear.

 

Es conveniente preguntarse antes de la elección definitiva del tema:

 

ü      ¿Es posible desarrollarlo en el tiempo y con la bibliografía disponible?

ü      ¿No es demasiado amplio, abarcativo, vago o impreciso?

ü      ¿Existe algún libro o artículo de lectura imprescindible?

ü      ¿Por dónde empezar?

ü      El tema que deseo tratar, ¿es posible?

 

A veces, después de estas reflexiones, es necesario desechar el tema; otras, es suficiente con modificarlo o cambiar la perspectiva para abordarlo.

 

Si se elige un tema muy abarcativo, por ejemplo, la mujer en la literatura, se corre el riesgo de no poder tratarlo con detenimiento; en cambio, un tema preciso, la influencia de Alfonsina Storni en la literatura argentina de comienzos de siglo, restringe el campo y facilita el trabajo.

 

En el momento de la elección del tema, se debe considerar, además, la situación particular del autor—monografía—investigador, reconocer las propias limitaciones, los intereses personales, la disponibilidad de tiempo, la posibilidad de consulta de documentos o libros, el manejo de idiomas para el acceso a determinado material, etc.

 

4. La búsqueda del material

 

Una vez definido el objeto de estudio o tema de la monografía, es necesario valerse de fuentes, es decir, libros, documentos (estadísticas, entrevistas, grabaciones, fotografías, etc.), artículos de diarios o revistas que hagan verificable el trabajo y, a la vez, permitan a los lectores profundizar el tema.

 

Para la elaboración de la monografía hay que estar al tanto del "estado de la cuestión", esto quiere decir, por un lado, conocer los trabajos realizados sobre el tema, y por otro, consultar las obras de síntesis relacionadas con el contexto temático que enmarca la tesis. Por ejemplo, si el tema por investigar fuera la necesidad de asistencia psicológica a los jugadores de las divisiones inferiores de los clubes de fútbol, habrá que acudir a textos sobre dinámica grupal, psicología social, liderazgo, psicología evolutiva, etc.

 

Ya nos hemos referido a la búsqueda de información en bibliotecas e Internet y al uso de fichas y ficheros en este mismo libro.

 

Ampliar las referencias bibliográficas del material consultado, conviene no cometer los siguientes errores, que suelen ser muy frecuentes:

 

ü      Colocar sólo la inicial del nombre del autor; esto suele producir confusión, por ejemplo, Álvarez, J. Puede hacer referencia a >José el pintor argentino que utilizó el seudónimo Fray Mocho (1858-1903), o a Juan Álvarez (1790-1867), político mexicano.

 

ü      Colocar el lugar de impresión y no el lugar de edición; para evitar esto se debe recurrir al reverso de la portada donde está el Copyright y no al colofón.

 

ü      Colocar el lugar de edición y no el nombre del editorial. En Madrid se publican infinidad de obras, por lo tanto, hay que mencionar la editorial responsable.

 

Plan operativo

 

Es conveniente una vez definido el tema y realizada una primera búsqueda de materiales, organizar un plan de trabajo tentativo. Este será breve y se irá completando, transformando y afinando sobre la marcha.

 

Puede indicar la posible división en capítulo y esbozar un índice provisional.

 

Plan de redacción

 

Este plan muestra la forma definitiva de la monografía, es detallado; contiene todos los títulos y en lo posible el de cada párrafo. Prevé, además, el número aproximado de páginas para cada capítulo, (aunque puede variar luego es útil saber que extensión y profundidad tendrá cada tema).

 

Primer borrador

 

Vale recordar aquí que la escritura es un proceso. Nadie escribe "de un tirón", ni "de una vez y para siempre". Es necesario, pues, revisar, corregir y encontrar la expresión más adecuada para cada situación. Mucho ha facilitado esta tarea el uso de los procesadores de texto: cambiar un párrafo de lugar, agregar o quitar oraciones, precisar el léxico empleado resultan tareas sencillas. Pero ponerse en la piel del lector al que va dirigido el texto en cuestión ya implica un esfuerzo mayor. Hay que imaginar cuánto sabe del tema, qué debe explicarse y qué no, qué referencias acerca del contexto en que se eligió el tema hay que brindarle, qué menciones a la bibliografía se deben consignar, cuánto recuerda del capítulo anterior y cuánto debe ser reiterado, qué distancia tomar respecto del escrito (por ejemplo, mantener la forma impersonal se cree, se ha probado o incluirse a través e la primera persona del plural: creemos, hemos afirmado, etc.). Todas estas son decisiones que debe tomar el que escribe la monografía sin que ningún procesador pueda ayudarlo. Y son estas decisiones las que contribuirán en buena medida a conseguir la eficacia del texto; por eso deben ser tenidas en cuenta desde la primera versión que se haga del trabajo y ajustarse y controlarse en las sucesivas reescrituras.

 

Aunque se haya leído mucho sobre el tema y se sepa que decir, la hoja en blanco suele producir cierta parálisis. Por lo tanto, conviene empezar a escribir aunque sea en forma desordenada a partir de lo se vaya presentado ante cada título y no buscar inmediatamente una forma definitiva. Revisar, releer y corregir serán las herramientas indispensables en esta etapa de redacción.

 

Si fuera posible, también ese pueden señalar en este punto del trabajo, las imágenes o cuadros que se podrían incluir más adelante.

 

Conviene esbozar, además, la introducción y la conclusión para la monografía, aunque en sucesivas revisiones haya que hacer modificaciones. De esta manera, se tendrá una versión completa y una visión de conjunto de lo producido hasta el momento.

 

Redacción definitiva

 

Es indudable que no existe la posibilidad de dar indicaciones que aseguren el éxito de la escritura. También en esta tarea hay mucho de práctica, de borradores que se descartan, de comentarios de los lectores, de aprendizaje que se hace con la escritura misma.

 

Oraciones y párrafos

 

En lo posible, se trata de no escribir párrafos ni oraciones muy largos. Si en el borrador se han dejado fluir las ideas, esta es la hora de acotarlas, separarlas y evitar la profusión de pronombres y subordinadas.

 

Es conveniente releer varias veces y desde le principio el escrito para comprobar su cohesión y mantener la unidad temática.

 

Por ejemplo, es preferible repetir un sujeto, antes que no saber de quién se habla si se emplea un pronombre. Otras veces, es necesario reordenar las ideas porque se comprueba que algunas se desvían del tema y deben formar parte de otro capítulo.

 

La subdivisión en párrafos y la inclusión de subtítulos, en general, facilita la comprensión.

 

Al elegir títulos y subtítulos debe pensarse que sean a la vez significativos respecto del contenido del texto y atractivos para el lector. Un titulo sugerente invita ala lectura, y es posible imaginar versiones más interesantes que la sola enunciación del contenido disciplinar.

 

La puntuación es, sin duda, garantía de comprensión, pero no pueden darse reglas 'particulares para la redacción de una monografía. La única indicación posible es que no deben usarse puntos suspensivos (salvo en las citas en que se ha omitido algún fragmento), ni signos de exclamación. Para los demás casos. Se puede consultar algún libro de gramática o diccionario que incluya las reglas generales.

 

Citas y notas al pie

 

Una monografía se nutre de gran variedad de materiales escritos que deben ser citados según las normas en uso.

 

En líneas generales, los textos consultados se pueden parafrasear, es decir, explicar o ampliar. También en este caso debe citarse la fuente.

 

Toda vez que se transmite literalmente una frase de otro autor, debe consignarse la correspondiente referencia bibliográfica.

 

Si la cita fuera breve, puede aparecer a lo largo del texto entre comillas, en caso de citas textuales, conviene destacarlas de alguna manera, por ejemplo usando un margen izquierdo más amplio o mediante bastardillas.

 

En cuanto al uso de las notas, conviene recordar las más frecuentes:

 

Indican la referencia bibliográfica de una cita. Aunque hemos señalado que hay otras maneras de dar esta indicación dentro del texto, es conveniente que figuren a pie de página o al final del capítulo para que el lector ubique rápidamente los datos que le interesen.

 

Agregan datos sobre bibliografía complementaria. También conviene registrarla a pie de página.

 

Remiten a otras partes del trabajo. Cuando es necesario consultar otro capítulo un otra sección del mismo capítulo, el señalamiento se hace mediante una nota al pie.

 

Amplían una información. Para no recargar el texto con explicaciones o argumentos secundarios, se los desarrolla a pie de página.

 

En todos los casos, las notas no deberán ser extensas porque de otra manera se constituirían en apéndices, es decir, textos que, en forma de anexos relacionados con el tema central, se desarrollan al final de un capítulo.

 

La bibliografía

 

La bibliografía está compuesta por la referencia bibliográfica de los libros, artículos, documentos, etc. consultados al elaborar la monografía, hayan sido citados a lo largo del texto o no.

 

Si no es muy extensa, puede ubicarse al final del trabajo. Cuando se trata de monografías de mayor envergadura, suele consignarse, además, la bibliografía correspondiente al final de cada capítulo.

 

La forma de organizarla varía según las necesidades puede hacerse por orden alfabético, ordenando de esta manera los apellidos de los autores, dividirla por temas, determinando cuáles son los fundamentales y agrupando por orden alfabético a los autores de cada uno; o bien, clasificarlas por tipos de documentos; libros, artículos, cartas, leyes, etc.

 

Aspectos gráficos

 

Cuando se ja releído la monografía completa varias veces, y se han corregido oraciones, párrafos y hasta capítulos enteros; cuando todo parece estar controlado, revisado y terminado, aún falta poner a punto el diseño de las páginas, la reorganización de la información en forma de gráficos, la inclusión de imágenes, la elaboración del índice, es decir, la presentación general.

 

En lo que se refiere a títulos y subtítulos. Es necesario destacarlos de alguna manera, aunque manteniendo el criterio para cada categoría (por ejemplo, los títulos se escriben en negrita y subrayados y los subtítulos sólo se subrayan.) Ambos se colocan junto al margen.)

 

La sangría, al comenzar cada párrafo puede ser de dos o tres espacios.

También debe tenerse en cuenta qué se subraya a lo largo del texto:

 

ü      Las expresiones extranjeras que no sean de uso común.

ü      Los nombres científicos.

ü      Los términos técnicos. Los títulos de libros, películas, diarios, poemas, cuadros.

ü      Las frases (no demasiado largas) que presenten una tesis o su demostración.

 

Otro de los asuntos por considerar, en esta puesta a punto, es el de las imágenes y gráficos incluidos. Cada vez que aparezca un mapa, una fotografía, etc. será necesario acompañada del epígrafe correspondiente, es decir, la leyenda que indique de qué se trata y cuál es la por fuente de la que procede.

Además, habrá que evaluar qué información puede ser presentada en forma de cuadro, infografía, red conceptual, etc. y proceder a diagramar la página en consecuencia.

 

El índice

 

El índice debe contener todos los títulos y subtítulos de la monografía con las mismas palabras y la indicación de la página en donde se encuentran. Suele ubicarse al principio o al final del trabajo, pero es más cómodo de consultar si está al comienzo.

 

Relectura del original

 

El control de detalles finales debe ser exhaustivo.

 

Resulta indispensable hacer una lectura de corrido del texto para evaluar la coherencia global, la relación entre las ideas, las repeticiones, la necesidad de agregar conectores y todos los aspectos de la cohesión.

 

Alguno puntos débiles del texto que conviene revisar especialmente son:

 

ü      La relación de los títulos y subtítulos (se advierte con una lectura de corrido).

ü      Las conexiones entre los párrafos y los capítulos entre sí.

ü      La numeración de capítulos y parágrafos debe ser correlativa.

ü      La precisión de notas y referencias bibliográficas.

ü      La corrección de la ortografía y la puntuación,

ü      Las palabras repetidas.

 

5. Apéndice

 

Elementos técnicos

 

El acopio de información

 

Es indudable que cualquier trabajo académico requiere de la integración y producción personales, a través de síntesis, comentarios y resúmenes de los textos que nos proporcionan las fuentes de información, para que nuestro documento contenga; alguna porción de originalidad.

 

Para aquellos que se inician en estas disciplinas, recomendamos leer primero la información requerida y después expresarla con palabras propias. Ejemplo:

 

La idea de fundación de la Casa del Obrero Mundial partió de los líderes españoles Juan Francisco Moncaleano y Eloy Armental, en cuyo derredor se agruparon Rosendo Salazar; Celestino Gasca, Antonio Díaz Soto y Gama, Lázaro Gutiérrez de Lara, Manuel Sarabia, Rafael Pérez Taylor, etcétera. El fin de los fundadores fue crear un órgano orientador de las masas obreras que empezaban a sindicarse y a luchar por la unificación del movimiento obrero. Interpretación del texto:

 

Con objeto de crear un órgano que orientara a las incipientes masas obreras que luchaban por la unificación de la clase trabajadora, los líderes españoles Juan Francisco Moncaleano y otros concibieron la idea de fundar la Casa del Obrero Mundial

 

De más está recordar que es conveniente conocer el significado de las palabras que transcribamos y utilicemos.

 

Citas textuales

 

No obstante las consideraciones anteriores, en ocasiones se hace necesario observar ciertas formalidades para evitar confusiones e imprecisiones.

 

En principio, toda cita textual debe proporcionar los datos de la fuente donde se extrajo la información, ya sea que se mencione en el texto o en una nota a pie de página.

 

Cita Mixta

 

Se hace cuando sea necesario agregar o anteponer a una síntesis, comentario o resumen, las palabras textuales del autor, como complemento o evidencia.

 

Ejemplo:

 

Con respecto al caso específico de la pintura mural desarrollada durante esos veinticinco años (1950—1975), dice Xavier Moyssén que: "La labor de los maestros adictos a una pintura de expresión monumental con un sentido político—social, se mantuvo con gran actividad en un considerable número de murales, ejecutados bajo las más diversas y discutibles técnicas [...]".

 

Cita Textual

 

En ella se recogen exclusivamente fragmentos o párrafos completos del texto original, debido a que sea difícil resumir o sintetizar, o para probar lo asentado por un autor, o para apoyar o criticar un comentario. Es la que presenta más variables. (Se debe evitar el exceso de esta clase de citas, ya que como antes dijimos —la finalidad de cualquier trabajo académico requiere de la integración y producción personales.) La transcripción debe ser correcta y estar entrecomillada al principio y al final.

 

Cuando se desee resaltar un párrafo o una palabra, se subrayan éstos y se indica, al final de la nota correspondiente, que el subrayado es nuestro:

"[...] Pero lo significativo es el hecho de que la pintura, en sus manifestaciones tradicionales, mural o cuadro de caballete, continúa siendo la forma, más representativa del arte de México [...]"

 

Toda observación personal debe ir entre corchetes: [ ]. En los trabajos de investigación, los corchetes tienen la función de encerrar comentarios o aclaraciones en las citas textuales para darle sentido a un fragmento. Aunque son parecidos, no debemos sustituirlos por paréntesis:

 

"[...] Se mantuvo con gran actividad en un considerable número de murales, ejecutados bajo las más diversas y discutidas técnicas durante los [veinticinco] años que aquí se estudian".

 

Si el texto transcrito presenta un error significativo o una incongruencia, se respetan escrupulosamente éstos y se coloca la palabra latina sic (= así, de esta manera) entre corchetes, para indicar que el error no es nuestro:

 

"En relación con el arte de la pintada [sic] es necesario anticipar que éste encontró un amplio campo de desarrollo tanto en la práctica de la obra mural como en la del cuadro de caballete [... ]".

 

Si, no obstante el error o incongruencia, estamos en posibilidad de ilustrar al lector, en este caso insertamos las abreviaturas i. e. (id est= esto es), e inmediatamente después la corrección, todo esto también entre corchetes:

"En relación con el arte de la pintada [i. e. pintura] es necesario anticipar que éste encontró un amplio campo de desarrollo tanto en la práctica de la obra mural como en la del cuadro del caballete [...]"

 

Cuando nuestra transcripción omita palabras o párrafos para hacer más clara la idea que se desea expresar, se indica lo anterior con tres puntos suspensivos, entre corchetes, de la manera siguiente:

 

"[...] el cuadro de caballete [...] compitió con la pintura ejecutada en las superficies de los muros [...] ventajosamente; [...]"

 

Cuando la transcripción lleve una palabra o una frase entrecomillada, esta última usará sólo una comilla, o comillas francesas:

 

"Al parecer, los artistas mexicanos 'se la han jugado' al aceptar conscientemente una tradición renovada".

 

Una punteada indica la supresión de uno o varios párrafos en una transcripción continua:

 

"Artículo 22. La aceptación podrá ser retirada si su retiro llega al oferente antes que la aceptación haya surtido efecto en ese momento.

 

"Artículo 24. El contrato se perfeccionará en el momento de surtir efecto la oferta conforme a lo dispuesto en la presente Convención. "Toda transcripción que exceda de cinco renglones será separada del texto con dos cambios, se le suprimirán las comillas e irá con un margen equivalente a la sangría. Ejemplo: Entre las normas del procedimiento, y a partir de su introducción, se anunciaban las expectativas del Acuerdo: Si estos principios son desarrollados, el resultado será la estabilización del mercado mundial fuera del mercado interior de los Estados Unidos [...] Para hacer efectivo lo antedicho, será necesario que los grupos adopten una política uniforme, lo cual en cada país productor deberá considerarse separadamente, de acuerdo con las condiciones existentes en los mismos. Sin embargo, estos postulados no satisficieron a muchos de los representantes extranjeros.

 

Es redundancia explicar en el texto algún tópico y después repetirlo en una cita textual, ya que éstos deben estar íntimamente ligados, incluso con la puntuación:

 

Con relación a los monopolios, en el artículo 28 constitucional se dice que: "Artículo 28. En los Estados Unidos Mejicanos quedan prohibidos los monopolios, las prácticas monopolices [...]"

 

Lo correcto es:

 

Con relación a los monopolios, en el artículo 28 constitucional se dice que "[...] En los Estados Unidos Mexicanos quedan prohibidos los monopolios, las prácticas monopólicas [...]"

 

La bibliografía

 

La bibliografía es una lista en la cual se describen las características editoriales de cada una de las fuentes consultadas por el autor sobre determinada materia.

 

Las fichas se ordenan alfabéticamente por apellidos de autor, sin numerar.

El encabezamiento se destaca por medio del párrafo francés, el cual consiste en que la primera línea queda afuera de la ficha:

 

LASTRA LASTRA, José Manuel, Fundamentos de derecho, México, McGraw—Hill, 1994, 356 pp.

 

A fin de evitar repeticiones en una bibliografía en la que el mismo nombre de un autor se sucede dos o más veces, éste se sustituye poniendo rayas:

FIX—ZAMUDIO, Héctor, Ensayos sobre el derecho de amparo, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 1993, 515 pp.

 

y OVALLE FAVELA, José, Derecho procesal, México, UNAM, 1991, 145 pp.

 

Ficha Bibliográfica

 

En ella se consignan las partes esenciales de un libro.

Los datos para elaborarla deben extraerse de las páginas interiores(portada interior y página de derechos de autor). Los principales son:

 

Nombre del autor, empezando por sus apellidos

 

Título y subtítulo del libro, subrayado

 

Número de edición

 

Lugar de impresión

 

Nombre de la editorial

 

Año de publicación

 

Tomo y volumen

 

Número de páginas

 

Si en general aprendemos una forma con los datos básicos:

 

GONZÁLEZ CASANOVA, Pablo, La democracia en México, México, Era, 1962, 261 pp

 

Ficha Hemerográfica

 

Cuando se consigna un artículo contenido en una obra de referencia general, en un periódico o en una revista, los datos se arreglan de la manera siguiente:

 

Artículos de diccionarios y enciclopedias

Si el artículo o ensayo están firmados por un autor, la ficha se arregla de esta forma:

 

Nombre del autor, empezando por sus apellidos

Título del artículo, entre comillas

Nombre del diccionario o enciclopedia, subrayado

Número de volumen

Lugar de impresión

Nombre de la editorial

Año de publicación

Número de páginas entre las que se encuentra el artículo

GARAMENDIA, Pedro, "Víctor Hugo", Enciclopedia universal ilustrada, vol. 28, Madrid, Espasa—Calpe, 1975, pp. 612—616.

Si el artículo no está firmado, la ficha se encabeza por el título de aquél.

 

Artículos de revistas

 

Cuando tomamos un artículo de una revista, la ficha se hace de la manera siguiente:

 

Nombre del autor, empezando por sus apellidos

 

Título del artículo, entre comillas

 

Nombre de la revista, subrayado

 

Lugar de impresión

 

Tomo, volumen o año

 

Número de la revista

 

Periodo que abarca la revista

 

Año de publicación

 

Número de páginas entre las que se encuentra el artículo

WITKER, Jorge, "Hacia un régimen jurídico de las materias primas", Boletín Mexicano de Derecho Comparado, México, año XVII, núm. 51, septiembre—diciembre de 1984, pp. 915—939.

 

En las fichas hemerográficas no se acostumbra asentar el nombre de la editorial.

 

Artículos de periódicos

 

Cuando la ficha corresponde a un artículo firmado por una persona, el modelo es igual al de una revista, con sus modalidades:

 

Nombre del autor, empezando por sus apellidos

 

Título del artículo, entre comillas

 

Nombre del periódico, subrayado

 

País

 

Fecha (día, mes y año)

 

Páginas y sección donde se encuentra el artículo

 

MIRO QUEZADA, Francisco, "La hora de la armonía", Excélsior, México, 15 de julio de 1985, p. 6—A.

 

Cuando son informaciones impersonal es dadas por el periódico, la ficha se encabeza por el título del artículo.

 

Piantanida, Graciela y Rojo, Mónica C. de. El texto instrumental. Buenos Aires, Kapelusz, s/f, pág. 84-91

 

Trabajo enviado por:

María José Vanni

 

marijova@federalbrandsen.com.ar

 

 

 http://www.monografias.com/trabajos7/mono/mono.shtml

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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