martes, 30 de diciembre de 2008

Pongale "topes" a las preocupaciones

Siempre que tenga la tentación de dar dinero bueno a cambio de dinero malo, en función de la vida humana, haga un alto y pregúntese:
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¿En qué medida verdaderamente me importa aquello por lo que está preocupado?
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¿En qué punto fijaré un “tope de pérdida” para esta preocupación...y olvidaré el asunto?

¿Cuánto exactamente pagaré por esta preocupación? ¿con mi salud, con mi felicidad, con mis relaciones Inter.-personales? ¿No he pagado ya por esta preocupación más de lo que vale?.

La regla número cinco es: póngale un límite a su preocupación.











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