No todas nuestras preocupaciones son idénticas. Debemos equiparnos para tratar las distintas formas, de modo que podamos analizar cualquier problema. Para ello, debemos:
Averiguar los hechos: sin éstos, nos vamos a confundir más, lo que nos trae más estrés.
Analizar los hechos: pregúntese qué puede hacer al respecto.
Llegar a una decisión y actuar luego conforme a ella: lo más importante es: ¿cuándo va a comenzar a hacerlo?
Si sus preocupaciones se relacionan a los negocios, usted puede reducirlas en un 50% ayudándose de sus colegas, subordinados, compañeros, etc. preguntándoles:
¿En qué consiste el problema?
¿Cuál es la causa del problema?
¿Cuáles son las posibles soluciones?
¿Qué solución propone usted?
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